DEL REVÉS 2 (INSIDE OUT)

¿Es posible meterse en la cabeza de una adolescente de 13 años e intentar comprender lo que ahí está sucediendo? Parece ser que sí. Pixar lo ha intentado y HA SUPERADO la prueba con creces.

Del revés 2 es la segunda parte de la brillante historia con la que Pixar nos sorprendió en el 2015. En la PRIMERA PARTE conocimos a Riley, una niña de 11 años que junto con sus padres se mudaban de casa y tenían que empezar una nueva vida. Una historia de lo más normal si no fuera porque los protagonistas no eran la niña y sus padres, si no sus emociones: Alegría, tristeza, ira, asco y miedo. Imposible un planteamiento más ORIGINAL.

En esta segunda parte, la protagonista ha cumplido 13 años y llega a la PUBERTAD. Y todo lo que estaba en orden hasta ese momento… se pone “del revés”. Llegan nuevas emociones a la vida de Riley. Alegría deja de ser la que lleva las riendas de su vida, tomándolas Ansiedad. Para los que piensan que nunca hubo segundas partes buenas, en esta ocasión se equivocan. Pixar lo ha vuelto a conseguir y nos ha regalado esta entrega tan original y divertida, o más, que la primera parte.

Es una película para TODOS LOS PÚBLICOS, tengas o no hijos. Si bien es cine de animación, no es una película para niños, aunque ellos también la disfrutarán, a pesar de que no la entiendan del todo. Al salir del cine escuché como una mamá le preguntó a su niño que con qué se había quedado de la película, y el niño le respondió: “mamá, aunque me haga mayor, no tengo que dejar de ser bueno”. Ya es un logro que después de ver una película puedan comentarla los padres con sus hijos y sacar conclusiones para su vida.

¿Qué sucede en la cabeza de un niño cuando llega la ADOLESCENCIA? Todo se pone “patas arriba”, la consola que dirigía la manera de actuar se desconfigura, llegan nuevas emociones… y, en definitiva, la vida entra en crisis. Todo aquello en lo que creías, tu sistema de creencias, se desmorona… y sin dejar de ser tú mismo, sobre la base de lo que has vivido en tu infancia, si consigues integrar todo eso que te está sucediendo…te conviertes en una persona adulta. Es el proceso natural que todos hemos vivido. La película lo presenta perfectamente.

Hay muchas COSAS QUE ME HAN ENCANTADO en la película. Creo que expone muy bien lo que sucede en la adolescencia sin caer en lo escabroso (lo cual hubiera sido muy fácil): una niña que experimenta cambios en su cuerpo, en su relación con sus padres, en su manera de reaccionar ante los imprevistos… Todo eso es normal y necesario. Pero no se centra en otros temas innecesarios y que se hubieran cargado la película, como el despertar de la sexualidad.

De igual forma me gusta mucho cómo se muestra que el SISTEMA DE CREENCIAS es la base de una infancia feliz y la que va a dar consistencia a la persona cuando todo entre en crisis. Aunque no aparezca Dios ni la religión. Yo muchas veces a los adolescentes les digo que no tengan miedo de esos cambios que están experimentando, también en lo relacionado con la fe. Debe ser así. No pueden vivir de las creencias de sus padres. Ellos mismos tienen que hacer su propio sistema de creencias que sea quien estructure toda su vida. La crisis es necesaria y no hay que tener miedo.

También me gusta ver como TODAS LAS EMOCIONES son buenas y necesarias, también las que podríamos entender como “negativas”: miedo, tristeza, ira o vergüenza. Están ahí para que, ordenadas, nos protejan y ayuden en el camino de la vida. El problema viene cuando esas emociones se desordenan y toman el control, como vemos en la película. La vida adulta feliz llega cuando uno es capaz de quererse de verdad, abrazando todo lo que somos, lo bueno y lo malo. La paz interior se alcanza cuando las pasiones y las emociones se ordenan y se integran en mi vida con estabilidad ¡Que difícil! ¿Verdad? Eso es la vida, el plan de Dios para cada uno de nosotros y hacía ahí debemos caminar con la ayuda de su Gracia.

Hay un PAR DE COSAS más que me han llamado la atención: la primera es ver que la emoción dominante de la madre es la tristeza, y la del padre es la ira. Creo que es una visión un poco negativa de la vida adulta, cayendo en ciertos tópicos. Lo otro que me ha desconcertado un poco, es ver como en el grupo de las chicas guais, el grupo en el que la protagonista sueña con formar parte, una de ellas lleva velo islámico. No voy a hacer ningún juicio sobre esto, sencillamente ha despertado mi curiosidad.

Quitando estas pequeñas cosas, os SUPER RECOMIENDO que la veáis. Es divertida, entretenida y muy iluminadora. El mensaje es muy positivo y esperanzador porque, aunque en la adolescencia todo entre en crisis, si ha habido una buena base en la infancia, eso será el fundamento de tu vida adulta feliz. Y al final, lo que “mola” es ser bueno, no ser “malote”. Me encanta.

JOAQUÍN GARRIGÓS, sacerdote

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